Alimentos que te recomendamos “ver de lejos” y no consumirlos.
Hoy en México y en América, hemos visto un incremento en la incidencia de enfermedades, en especial de tipo crónico degenerativos y de cáncer; así como de condiciones de sobre peso y problemas terribles de obesidad. Todo esto se debe a nuestra predisposición genética, nuestro estilo de vida, el incremento del sedentarismo, la trasgresión de la alimentación saludable y natural, y también a la falta de educación en torno a la salud. También es cierto, que estamos siendo bombardeados por empresas y restaurantes de comida rápida, que no ofrecen variedades saludables en sus alimentos, reduciendo el número de opciones saludables para nuestro consumo.
A continuación, mencionaré algunos alimentos que no son tan saludables para nosotros, en especial por nuestra predisposición genética latina.
1. Arroz blanco
El arroz blanco tiene como característica química, contener hidratos de carbono, mismos que condicionan a un incremento en nuestro cuerpo de glucosa y tejido graso. Además se ha visto que su metabolismo es más “complicado” que otro tipo de carbohidratos de más fácil metabolismo. En los últimos meses, se ha comenzado a estudiar el arroz blanco, ya que en su cultivo, tiene contacto a través del suelo y el agua con niveles de arsénico, mismos que son depositados en el arroz. El consumo continuo y prolongado de arroz, puede predisponernos a enfermarnos por posibles concentraciones elevadas de arsénico, así como por un metabolismo difícil del hidrato de carbono. Se aconseja remojar toda una noche anterior el arroz en tres tantos de agua, para diluir y “lavar” algunas cantidades de arsénico. Sabemos de antemano que en muchos sectores el arroz es un alimento indispensable, pero debe tomarse con consideración y moderación.
2. Sal
Ya es sabido que el consumo excedente de sal, es dañino para nuestra salud, ya que incrementa la retención de líquidos en el cuerpo, y con ello, el de toxinas y elementos de deshecho de nuestro metabolismo. Se sabe que también en algunas personas, el consumo excesivo de sal, incrementa la presión arterial, haciendo que su manejo y control de esta enfermedad crónica, sea más difícil. Es necesario desalojar de nuestras costumbres el uso de sal de mesa. Ya es suficiente la propia salinidad natural de los alimentos, para ser consumidos y degustar de un platillo rico, sano y nutritivo. Expertos médicos nos recomiendan consumir máximo 1.8 gramos de sal al día.
Verdaderamente este es un enemigo a vencer. Es un problema de salud pública que ha venido a traer problemas importantes en toda la población. Verdaderamente nos han enseñado desde pequeños a comer azúcar por todos lados: en el agua de frutas, en los helados, en los refrescos, al ir al cine, en los postres, etc. El azúcar refinado es terriblemente dañino para nuestra salud, ya que deteriora el metabolismo celular, ocasionando problemas como inflamación, predisposición a subir de peso graso, problemas de visión, daño al corazón, daño a los riñones, daño al cerebro, daño a diferentes tejidos de nuestro cuerpo. Sin embargo, esto es un problema de hábito y de mala educación, así como de “a mí no me va a pasar”. La diabetes mellitus, es una enfermedad metabólica devastadora para quien la padece y no tiene un adecuado control de su padecimiento. Además, el consumo excesivo de azúcar, puede acelerar el proceso de envejecimiento cutáneo. Es mucho más aconsejable utilizar sustitutos de azúcar refinada por: miel de agave, miel maple o planta stevia. Por favor, olvidemos utilizar otros sustitutos de marcas reconocidas, que también tienen la posibilidad de causar daños a nuestro cuerpo.
4. Gluten
Todas las harinas refinadas que provienen del trigo, tienen cantidades de gluten en su composición. El gluten es un elemento que puede producir inflamación a nivel intestinal y al ser digerido, en nuestro sistema. Muchas personas tienen una mayor intolerancia a este compuesto, y tienen muchos problemas gastrointestinales como: inflamación, diarrea, estreñimiento, gases, dolor abdominal. Incluso, cuando el consumo es por mucho tiempo o hay una verdadera intolerancia a esta proteína del trigo, puede haber fatiga, cansancio, enfermedades recurrentes, inflamación sistémica, y en niños problemas de crecimiento y desarrollo. ¿Qué otros alimentos contienen gluten? Cereales (que además tienen colorantes artificiales, saborizantes artificiales, azúcar y conservadores), pastas, harinas, panes, avena. Hoy día en el mercado nacional, podemos encontrar cada vez más fácilmente alimentos que están elaborados y procesados sin ésta proteína. Revisa que diga “gluten free” (libre de gluten).
5. Leche
Hoy día cada ves habemos más profesionales a favor de suspender el uso de la leche de vaca o de cabra. ¿Por qué es esto? Porque la mejor leche que podemos darle a un lactante es la leche de la madre, rica en todos los nutrientes que necesita para su sano crecimiento y desarrollo. La leche de otros animales, tiene composiciones nutrimentales y calóricas diferentes, que brindan cierto beneficio, pero no al mismo nivel nutricional. Es decir, no hay un beneficio extra al consumir este alimento. En especial para las personas mayores de 15 años. El consumo de leche o sus derivados (queso, yogur y crema) puede resultar en daño a nuestra salud cuando somos adultos. De hecho, la mayoría de las personas adultas somos intolerantes al carbohidrato natural de la leche, la lactosa. La composición química de los lácteos les da la característica de ser alimentos “ácidos”, por tanto, al ingerirlos, nuestro cuerpo puede producir respuestas inflamatorias a nivel intestinal y a nivel sistémico, condicionándonos a alergias, diarreas, resfriados, cansancio, fatiga, dificultad para bajar de peso, retención de líquidos y toxinas. Por eso el uso de lácteos y alimentos elaborados con lácteos debe de limitarse. Algunos alimentos que emplean leche en su elaboración son: pan, pasteles, galletas, cereales, pastas, postres, helados, yogur (aunque sea griego).
Hasta aquí son algunos alimentos de los cuales no nos beneficiamos tanto, y que por el contrario, pueden provocarnos más daño que algún beneficio. Todo depende de la frecuencia con la que los consumamos, y nuestra predisposición genética. En Belvid contamos con expertos nutriólgos, dietistas y médicos, que pueden hacert